

¿QUÉ PASÓ AYER?
LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES DEL BNA
FRENTE AL INTENTO DE PRIVATIZACIÓN DE LOS ´90
Por Javier Mazza
Sec. de Actas
CGI Banco Nación
Sec. Buenos Aires

Hay historias que merecen ser contadas, no solo por las huellas que dejaron en el destino de nuestra institución, sino fundamentalmente porque hoy, como hace 20 años, el Banco de la Nación Argentina vuelve a estar en peligro.
Durante los años 1997 y 1998 la iniciativa y determinación de decenas de delegados, delegadas y activistas del sector trabajador bancario lograron impedir el avance de los proyectos de privatización del Banco Nación que el gobierno nacional impulsaba en aquel entonces.
Acuñamos una consigna que nos permitió interpelar al conjunto de la sociedad y en la actualidad recobra su sentido estratégico: Defender el Nación es defender la Nación.
En la década del ’90, a partir de la aprobación de la Ley de Reforma del Estado impulsada por el menemato, el país sufrió una ola de privatizaciones que desguazó al Estado Nacional. Se mal vendieron las empresas de teléfonos, de agua, de energía y varias entidades bancarias nacionales y provinciales.
El Banco Nacional de Desarrollo (BANADE) dejó de existir. La gran mayoría de los Bancos provinciales quedaron en manos privadas; la Caja Nacional de Ahorro y Seguro se privatizó en el año 1994 y el Banco Hipotecario Nacional a mediados del año 1997.
El Banco Nación lideraba el ranking en préstamos y era la institución con mayor participación en el sistema financiero. No resultaba en absoluto descabellada la idea de que, con el aval del gobierno, la principal herramienta financiera del Estado pasara a manos de capitales privados. Solo podían salvarlo la resistencia de sus
trabajadores y trabajadoras.
En aquel momento, la Comisión Gremial Interna junto con la Seccional Buenos Aires decidieron promover la realización de una Consulta Popular, prevista por la Constitución Nacional, para preservar al Banco dentro de la órbita del Estado. Para lograr ese objetivo era necesario reunir aproximadamente 1.000.000 de firmas, que representaban el 3% del padrón electoral. Quedaba por delante la colosal tarea de juntarlas.
“Solo con organización y lucha es posible defender los derechos y los intereses del Banco Nación y sus trabajadores”


Un millón de firmas
No se trataba de una tarea administrativa. Era necesario desarrollar un proceso de concientización junto a la población sobre la necesidad de mantener al Banco Nación dentro de la órbita estatal.
En diciembre de 1997, un grupo de cuarenta personas comenzaron a recorrer facultades, hospitales, trenes y estadios de fútbol. Fue casi un año de trabajo constante, dado que era necesario presentar lo antes posible las firmas al Congreso. En paralelo se llevó adelante un trabajo parlamentario en las diferentes cámaras, bloques y comisiones, y se realizaron actos en todo el país contra la privatización junto con entidades y organizaciones hermanas.
Por aquellos días se hizo el recordado abrazo a la Casa Central del BNA del que participaron más de 3 mil personas. El 4 de noviembre de 1998 escribimos una página dorada en la historia del gremio bancario: con el acompañamiento de 4 mil compañeros y compañeras se hizo entrega a la Cámara de Diputados de la Nación de 1.300.000 firmas, reclamando que se convoque a una Consulta Popular para decidir sobre este tema.
Con esa cantidad se superó ampliamente el 3% necesario para la convocatoria que exigía la ley. Solo la Seccional Buenos Aires había recolectado 850.000 firmas.
El alto grado de movilización de quienes trabajamos en el BNA, sumado al apoyo de amplios sectores de la sociedad, fueron determinantes para impedir que el Banco fuera privatizado.
Con esa fuerza fueron rechazadas, una tras otra, cada una de las propuestas que iban apareciendo para liquidar al Nación: la fusión con el Banco Provincia para crear el Banco Federal, la transformación del BNA en una sociedad anónima, la propuesta para que cotice en bolsa, etc.
Esto pasó ayer, nomás. Más que un ejercicio de nostalgia, el recuerdo de aquel proceso tiene que ver con la necesidad imperiosa de traer al presente nuestro rico acervo de lucha; allí sobran ejemplos que confirman que solo con organización y lucha es posible defender los derechos y los intereses del Banco Nación y sus trabajadores.