

Juan Cruz Lapenna | Juan Pablo Zabala | Marcelo Emiliano Zani
Delegados Generales CGI Banco Nación Seccional Buenos Aires
Si alguien se detuviera a analizar las cualidades de quienes conducen instituciones financieras, observaría que aún hoy no resulta sencillo combinar en una sola persona un perfil de economista técnico “duro”, respaldado por una extensa trayectoria en la gestión pública, con una mirada sensible sobre cuestiones como la diversidad de género y los derechos laborales. Eduado Hecker (64) es en este sentido una rara avis. Nos recibe en su despacho con puño extendido y barbijo acorde a los tiempos, detrás del cual se adivina una sonrisa gentil. Sobre la pared asoma como testigo perfecto el Fondo Ocre de Luis Seoane (1969, Colección del BNA): ese color es resultado de una fusión de minerales que puede ofrecer diversas tonalidades. El presidente del banco más grande del país desplegará un lenguaje simple para ir desde balances, créditos y tasas de interés hasta la gestión en pandemia, la inclusión financiera y el feminismo.
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¿En qué estado recibió el banco al asumir su gestión como presidente?
Es un Banco que sufrió un deterioro patrimonial fuerte durante los cuatro años anteriores, de cerca del 50 por ciento. Eso implica también una menor capacidad crediticia. Y aparte era un banco desenfocado del crédito a las Pymes que es algo que nosotros revertimos con una política decidida en ese sentido. Encontramos un Banco con una línea muy debilitada por la pasividad y los retiros voluntarios que se produjeron incluso en algunos altos cargos.
También con problemas de solvencia, no muy graves pero existentes, y de liquidez. El Banco Nación hacía publicidades diciendo que pagaba la tasa de interés más alta de todos los bancos, y todos ganaban plata y el Nación no…¿algo raro pasó, no?
Además recibimos un Banco con un atraso tecnológico importante. Y después tal vez un hecho…que no es el único pero sí el más notorio que es el de Vicentin. El Banco llegó a superar la norma prudencial de no tener una exposición por cliente mayor al 15 por ciento de la responsabilidad patrimonial computable. Por eso Vicentin llegó a una deuda de 300 millones de dólares que es objeto de un incumplimiento normativo y regulatorio, además de los perjuicios que para el Banco ocasionó y ocasiona.
La cesación de pagos fue decretada por Vicentin ya desde antes que asumamos nuestra gestión y este año se concursa.
Recién planteaba la necesidad de reorientar el banco hacia el crédito a las pymes y la cuestión de resolver el problema de la liquidez. ¿Cuáles son las medidas más importantes que se tomaron en este período en ese sentido?
Bajar la tasa de interés para que las Pymes accedan al crédito fue muy importante. Desde el Ejecutivo han puesto un enorme esfuerzo en subsidiar tasas de interés y nosotros en monetizar los créditos. A mi me sorprendió cuando a buena parte de la línea de funcionarios del Banco les parecía una idea buenísima volver a dar créditos a las Pymes, como si uno estuviera hablando de un descubrimiento que había hecho por primera vez. Estaban muy desenfocados de algo que tenía que estar en la esencia de la institución. Muchos créditos segmentados a empresas que lo necesitan, lo merecen y son buenas para el desarrollo económico, para el crecimiento, para el empleo.
“Nunca voy a ir en
contra de los intereses
de las y los trabajadores”


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Sobre esto último ¿Puede profundizar sobre el rol que en su opinión debe tener la banca pública y el Banco Nación como líder del sistema financiero?
Yo creo que la banca pública tiene un rol muy importante en Argentina. El primero de ellos es ser un agente activo para promover el desarrollo económico y social. A diferencia de cualquier entidad privada, no tiene como objetivo maximizar la rentabilidad. Eso no quiere decir que tenga que perder dinero. Quiere decir dar crédito a las empresas para generar capital de trabajo, inversión y empleo. El Banco Nación tiene esta inserción federal como ningún otro que le permite llegar a todos los rincones del país con productos y servicios bancarios.
Por otro lado, el banco público tiene un rol indelegable en el sentido de atender las necesidades sociales, a través de la asistencia para el cobro de jubilados, planes sociales...Nunca vamos a retacear ese esfuerzo, nunca vamos a decir que no. De hecho, por ejemplo, en el último pago del IFE que se realizó, la Anses nos pidió que bancaricemos a todos los que cobraban a través del Banco Nación y lo hicimos. Bancarizamos a 1 millón 300 mil personas en 3 semanas. Eso tiene que ver con la inclusión financiera y con el desarrollo social en un país.
Además un banco público es siempre un banco testigo en cuanto a la tasa de interés, por ejemplo. Al bajar la tasa de interés también pone un límite a tasas altas del resto de los bancos que no condicen con la rentabilidad lógica.
Esto que usted menciona respecto al rol de la banca pública, ¿redobla su valor por la coyuntura actual en contexto de pandemia?
La pandemia lo que hizo fue poner de manifiesto la necesidad de contar con un banco robusto, que pueda estar a la altura de las necesidades.Yo recuerdo los primeros días de marzo, cuando todavía no se había impuesto el primer ASPO (NdR: Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio), se veía que había que tomar medidas y nosotros las tomamos: primero, reducir la presencia de personas con enfermedades prevalentes y en situación de excepción para que trabajen desde sus hogares. Y abrimos un registro de voluntarios donde se inscribieron más o menos unos 2 mil empleados, que fue importante. Después tuvimos una etapa de banco cerrado, y tuvimos que hacer un salto tecnológico en poco tiempo y con el esfuerzo de muchísima gente.
De hecho, un banco que no tenía casi actividad crediticia on line dio en el mes de abril, con el banco cerrado, una cantidad enorme de créditos tramitados on line.
Después abrimos las sucursales, primero con restricciones, después con turnos. Y tuvimos dotaciones de personal del banco que fue rotándose, cada 15 días más o menos.
El banco atendió la necesidad de los jubilados de cobrar su dinero, de las Pymes de obtener un crédito, de los beneficiarios de planes sociales también de acceder a sus beneficios.
Estamos viviendo un contexto de profundos cambios con relación a la tecnología y a la innovación tecnológica. ¿Cómo imagina usted el futuro del trabajo bancario? El futuro a 10 años, en el medio de todas las tensiones que eso implica.
Imagino a todos los bancos con una participación de sus sectores tecnológicos cada vez más importante. Los bancos con el correr del tiempo van a ser empresas tecnológicas, el mundo avanza hacia un menor uso de los billetes y una menor presencialidad en los trámites. Eso no quiere decir que no haya mucho para hacer, al contrario, hay muchas más cosas para hacer. En la pandemia se aceleraron algunas cuestiones que tenían que ver con los trámites on line, eso desde el punto de vista de los clientes. Desde el punto de vista del Banco, también con mucha gente que pudo realizar su trabajo desde su casa. Eso no quiere decir que vamos a quedarnos así. Van a ir volviendo y vamos a tener requerimientos de gente en cada uno de los lugares. Pero también hay algunas cosas que vamos viendo que pueden llegar a ser distintas en el futuro. Siempre los cambios los vamos a hacer con prudencia, en consulta permanente con todos los que están involucrados en el día a día del banco, por supuesto.
Se lo preguntaba porque hay algunos discursos en los medios de comunicación y en algunos núcleos de opinión que tienden a asociar innovación tecnológica con flexibilización laboral, precarización…¿Cuál es su visión sobre ese tema?
Mi visión personal es en contra de la flexibilización laboral y la precarización del empleo. Tengo una vida atrás de eso y no voy a cambiar ahora en el BNA. Nunca voy a tener una posición personal ni de gestión que vaya en contra de los intereses de los trabajadores. Es cierto por otro lado que hay muchos trabajadores que quieren quedarse en sus casas y trabajar desde sus casas. Tendremos que ver las mejores formas que compatibilicen las necesidades, las posibilidades y los deseos de la gente.
Yo creo que la pandemia adelantó un par de años o tal vez más un proceso que se estaba incubando. Sé que hay bancos privados que están frenando construcciones donde iban a poner personal o desalquilando oficinas donde trabajaba gente porque piensan dejar esa gente afuera. Veremos qué pasa en cada uno de los lugares. Nosotros vamos a respetar, por supuesto el empleo de todos los que están dentro del BNA como siempre ha sido.
¿Cómo es hoy la relación con nuestra organización gremial y con el compañero Sergio Palazzo?
Tenemos una muy buena relación. Lo conocí a Sergio casi el mismo día de asumir la presidencia del banco, no lo conocía de antes y siento un profundo respeto por él. Representamos posturas no antagónicas pero distintas y podemos finalmente lograr una síntesis en beneficio de la institución y de los trabajadores. Eso es lo que guía nuestra relación. Lo digo en forma más sencilla: creo que hemos congeniado una manera de mirar la situación, hemos sorteado obstáculos, pudimos discutir y acordar cuestiones que tienen que ver con las paritarias, con las condiciones de trabajo, etc. Y siempre, siempre nos hemos puesto de acuerdo. Valoro mucho el trabajo en conjunto con Sergio. Entre otras cosas, somos hinchas de Independiente los dos, así que nos unen cosas muy importantes (risas).

¿Cuál es su sensación con respecto a la aplicación del Cupo Trans y el hecho de que somos la primera entidad financiera a nivel mundial en conseguir eso?
La cuestión de diversidad de género es muy importante. No es una cuestión circunstancial ni de adorno, ni de buena conciencia o una moda pasajera. Creo que estos movimientos en los últimos tiempos han dejado enseñanzas en cuanto a la construcción de sus objetivos, la materialización en unidad con organización... son cosas para bien de toda la sociedad. Todo lo que iguale, lo que mejore las condiciones de acceso de la gente es sin duda un cambio positivo para la sociedad y para el Banco Nación. Las personas Trans sufren mucho, siguen sufriendo mucho. Mueren más jóvenes, les cuesta mucho materializar sus inquietudes culturales, educativas, laborales, políticas porque la sociedad las discrimina, discrimina esa opción. Todos somos iguales como personas. Tuvimos una discusión sobre si había que poner objetivos anuales y los pusimos porque si no era sólo una manifestación de buenos principios. Pero no lo hicimos pensando que éramos los primeros, lo hicimos pensando que era necesario. En los primeros dias que llegué al banco dije "quiero hacer un banco feminista". Porque un banco que iguala, que mejora los derechos también es un actor para el desarrollo económico y social. Por ejemplo, tenemos línea de créditos que tienen beneficio de tasa cuando las empresas son dirigidas por mujeres o hay una cantidad de mujeres en sus órganos de dirección. Eso también tiene que ver con la igualación de oportunidades. Y creamos una Gerencia de Género, Diversidad y Derechos Humanos y un Comité en el cual yo soy el vicepresidente. Quería estar personalmente en eso porque parecen temas que no hacían a la esencia de lo bancario que es todo número, finanzas, riesgo, auditoría, pero sí hacen finalmente, porque esa es la gente, y sin la gente para qué vamos a tener un banco.
¿Qué balance hace a poco más de un año de haber asumido?
Hago un buen balance, creo que recuperamos solvencia y liquidez, que no es poco para una entidad financiera, generalmente es el desvelo que uno tiene. En ese sentido el cambio es rotundo, es muy importante y para el bien de la institución. Creo que volvimos a los créditos para las Pymes que es un eje importante de nuestra política en este momento, pudimos estar atentos a las necesidades de los sectores que demandaban la presencia del banco en todo el país. Recuperamos ampliamente también el crédito para las personas donde volvimos a tomar posiciones mucho más importantes, desarrollamos nuestra propia tienda digital, donde hoy están circulando los préstamos para electrodomésticos, para motos...
Desarrollamos nuestra propia billetera digital BNA+ que también forma parte de la mejora tecnológica, sin duda muy importante. Hemos dado pasos complejos en una situación ciertamente que no era ideal, pero yo creo que la situación del Banco Nación en diciembre de 2020 con pandemia y todo, con crisis económica y todo, es mejor que la que había en diciembre de 2019.

“Los principales desafíos están en avanzar y profundizar nuestra asistencia crediticia, acercar el crédito a quienes lo necesitan y hacer una mejora tecnológica integral”
“El banco sufrió un deterioro patrimonial de cerca del 50 por ciento en los cuatro años anteriores”
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“A mi me sorprendió cuando a buena parte de la línea de funcionarios del Banco les parecía una idea buenísima volver a dar créditos a las Pymes, como si uno estuviera hablando de un descubrimiento que se había hecho por primera vez”
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¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentará el Banco Nación este año 2021?
Los principales desafíos, desde mi punto de vista, están en avanzar y profundizar nuestra asistencia crediticia para la producción y el empleo; generar instrumentos que acerquen el crédito a quienes lo necesitan, a las personas, a los jubilados, a todos los sectores sociales que necesitan acceder al crédito. El otro desafío importante es el salto tecnológico, es muy importante hacer una mejora integral tecnológica en el Banco Nación.
¿Qué mensaje quiere dejarle a todas las compañeras y compañeros del banco?
Yo quiero decirles que este es un solo banco, una sola conducción y todas y todos somos necesarios. Valoro enormemente el esfuerzo realizado, sé que fue un esfuerzo enorme, sobre todo quienes en condiciones difíciles fueron a atender a su gente en las sucursales, que convivieron con el virus en algunos casos, que sufrieron estrés, pero hemos confiado firmemente en todos y todas ellas. Si el banco está mejor de lo que empezó no es sino por el esfuerzo y la colaboración de todos los que trabajan aquí.