

“LA CLASE TRABAJADORA ORGANIZADA TUVO UN GRAN DESAFÍO: LUCHAR PARA QUE SE APLIQUE UNA LEY QUE REGULE DICHA ACTIVIDAD”
La técnica ha condicionado la relación entre el hombre y su trabajo desde el principio de los tiempos. Cada avance técnico ha transformado los modos de trabajo y obligado al hombre a resolver la tensión entre creación y adaptación a las nuevas circunstancias.
La novedad desde hace unos años es que la innovación tecnológica ha pegado un salto cualitativo muy vertiginoso que está transformando el mundo del trabajo a escala global: algunas corporaciones se expanden de forma rápida y crecen a niveles elevados maximizando sus ganancias. El modelo que resume estos tiempos son las empresas que operan como plataformas digitales: seducen a su clientela con más velocidad, menos demora, más productividad. Los errores tienen poco margen y el producto debe llegar, no importa bajo qué condiciones.
Desde la perspectiva de las y los trabajadores no encontramos muchas garantías para la consideración de los derechos laborales. Muchos sindicatos en todo el mundo han alzado su voz, ya que nadie se opone al avance tecnológico per se, sino todo lo contrario: se trata de entender a la tecnología como una herramienta para ayudar a que el mundo mejore en el marco del respeto a la dignidad humana.
“COMO OTRAS VECES A
LO LARGO DE LA HISTORIA, NUESTRO PAÍS ESTUVO A LA VANGUARDIA EN MATERIA DE DERECHO LABORAL”

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En este contexto, el 2020 trajo consigo una pandemia atroz que aceleró el proceso, ya que al tratarse de un virus de alto contagio que no contaba aún con una vacuna dio lugar a medidas de aislamiento físico y social. La historia es conocida. Ante esta realidad, el teletrabajo creció a gran escala, por lo tanto, la clase trabajadora organizada tuvo un gran desafío: luchar para que se aplique una ley que regule dicha actividad. Como otras veces a lo largo de la historia, nuestro país estuvo a la vanguardia en materia de derecho laboral.
La ley de regulación de teletrabajo
La pandemia impactó de lleno en el mercado laboral. Según encuestas privadas, el teletrabajo fue una modalidad nueva para el 58% de los trabajadores argentinos, de los cuales el 42% le dedicó más horas de trabajo. A este factor también hay que agregarle que muchos trabajadores sienten mayor comodidad al trabajar desde sus casas, por el hecho de evitar el viaje hasta la oficina, la vestimenta que pueden utilizar y otros beneficios del home-office. Ahora bien, lo que tampoco se puede negar es que dicha modalidad fue invasiva para los lugares recreativos e íntimos de los trabajadores, como son sus propios hogares, irrumpiendo en los mismos y generando un gran aumento en las horas de trabajo. Algunos derechos laborales básicos para el siglo XXI estaban siendo violados, como por ejemplo, la extensión horaria de la jornada laboral. Ante dicha adversidad ya existía una realidad: el teletrabajo llegó para quedarse.
Más de diez proyectos se presentaron en el Congreso Nacional para darle un marco regulatorio al teletrabajo, provenientes tanto del ámbito sindical como del empresarial. Claramente, desde los sindicatos la intención era regular esta modalidad de trabajo para que no implique mayor precarización y flexibilización laboral. El objetivo fue construir un piso de derechos desde la Ley de Contrato de Trabajo para que cada gremio termine de definir las condiciones en la negociación colectiva y paritaria.
Claudia Ormachea, Secretaria de Género de la Asociación Bancaria y diputada por el Frente de Todos, fue una de las legisladoras que presentó uno de los proyectos más importantes para regular el teletrabajo; luego se sintetizó con otras propuestas provenientes del movimiento obrero. “Lo que estamos haciendo es legislando para que no produzca ni una precarización ni una flexibilización laboral. Queremos que haya igualdad de trabajadores en forma presencial y aquellos que hacen teletrabajo”, planteó la diputada en un encuentro virtual de la juventud de La Corriente Federal de Trabajadores. Según Ormachea, a contramano de muchos sectores que plantearon que durante la pandemia no era el momento de otorgarle un marco regulatorio al teletrabajo, ahora “es el momento de darle el instrumento a los trabajadores, para cuando la pandemia termine y haya más personas teletrabajando van a ser trabajadores con más instrumentos para defender y ampliar los derechos mediante la posterior discusión en convenios colectivos”. En diputados la ley se aprobó con 214 votos a favor, uno negativo y 29 abstenciones. En cambio, en el Senado la iniciativa fue aprobada con 40 votos afirmativos contra 30 negativos.
“LO QUE ESTAMOS HACIENDO ES LEGISLANDO PARA QUE NO SE PRODUZCA NI UNA PRECARIZACIÓN NI UNA FLEXIBILIZACIÓN LABORAL”


Los puntos más importantes de la ley aprobada por el Congreso de la Nación son:


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Sin duda alguna, esta ley es fundamental para que la clase trabajadora tenga un piso de derechos a partir del cual avanzar en el marco de cada convenio colectivo. El artículo 8º que establece el derecho a la reversibilidad impide que la casa de los trabajadores funcione como oficina de la empresa. Si bien fue muy criticado por la Unión Industrial Argentina (UIA) con el argumento de que dicha ley controla los manejos de la empresa, lo que en realidad garantiza es que las empresas no controlen la privacidad de los trabajadores. De hecho, una de las responsabilidades de las patronales es preservar la privacidad de sus empleados.
Indudablemente, una ley no garantiza que los derechos se apliquen en la realidad al ciento por ciento, pero sin duda es un gran salto hacia adelante para que el pueblo trabajador cuente con más garantías en un mundo donde el trabajo está en permanente transformación. La era de la digitalización y la robótica presenta desafíos constantemente y la clase trabajadora organizada tiene que estar ubicada en el lugar de defensa y conquista de nuevos derechos que protejan los puestos de trabajo pero que también impidan que se deteriore la calidad de vida de las y los trabajadores.